Mujercitas, o Cómo vencer al orgullo


La última película que vi en 2019 fue la nueva de Mujercitas, de Greta Gerwig (misma directora de Lady Bird, película que vi en su momento en el cine y que me gustó mucho). El principal motivo es porque Mujercitas es una obra de ficción que me ha acompañado desde que era una niña y es muy especial para mí, y cuando me enteré de que iban a hacer un enésimo octavo remake (para el cine) sabía que tenía que ir a verla, independientemente del hecho de que sea una de las películas clásicas para ver por Navidad por su temática.




Mujercitas es uno de los libros de mi infancia junto con La Princesita y El Jardín Secreto que más relevancia han tenido para mí a nivel personal, pues también han influido mucho en el tipo de arcos de personajes que me gustan, y por supuesto, también a la hora de escribir. En el caso de Mujercitas, mi primer contacto no fue la novela en sí, sino una adaptación de anime (sí, anime) que se realizó en 1987 que veía muy entusiasmada a la hora de merendar, la que me acabó animando a leerme la novela más tarde.

La adaptación que se ha hecho para 2019 sigue no sólo la trama de Mujercitas sino también de su continuación, Aquellas Mujercitas, y fluctúa constantemente entre flashbacks del pasado cálido y alegre con la presente situación (cuatro años después) de las cuatro hermanas, mucho más gris y desapacible. Para mi gusto la ejecución de estos flashbacks resulta algo confusa al principio, haciendo la historia difícil de seguir, pero no hace por desmerecer el resto de la película, ya acostumbrados a estas idas y venidas. Y está mi querida Saoirse Ronan haciendo un papel enorme como Jo March, quien se carga a los hombros, junto con Florence Pugh (Amy) prácticamente todo el peso de la película (y las dos están nominadas al Oscar este año como Mejor Actriz y Actriz de Reparto respectivamente)

Lo que no es para menos, porque sin desmerecer a las otras dos hermanas, Meg y Beth (pobre Beth), las protagonistas indiscutibles, y mis preferidas, de las cuatro Mujercitas siempre fueron para mí Jo y Amy.



Amy March tiene un desarrollo de personaje muy interesante entre Mujercitas y Aquellas Mujercitas, pero ya sólo en Mujercitas su progresión de niña mimada y repipi a una, nunca mejor dicho, mujercita propiamente dicha es notoria. La importancia de Jo en la historia es innegable porque es el elemento subversivo y rompedor de las cuatro al ser la inconformista y revolucionaria para su época, el hilo conductor de la historia y de sus secuelas y (a cierto modo) un alter ego de su autora, Louisa May Alcott, pero no fue hasta que fui más mayor que me interesé o empaticé de veras con su personaje, demasiado irascible y arisco para mí. Yo con quien me identificaba más era con Amy, ya que era una niña y era en buena parte tan pedante y redicha como ella, además de ser la hermana más pequeña (algo que yo también era). Por el mismo motivo, el arco de Amy en Mujercitas me acabó llegando mucho más que el de Jo, a pesar de que yo también quería ser escritora como ella, y no fue hasta que fui más mayor que me di cuenta que Jo y Amy en realidad son complementarias la una de la otra, e igualmente importantes y necesarias.

Para que Amy tenga su progresión de personaje es necesario que pase por una cura de humildad, y que la realidad, tan cruel y fría como es, le ponga en perspectiva de las cosas. Este es en parte uno de mis tropos de ficción favoritos, Cómo Han Caído los Poderosos (y en concreto, Doblegar al Arrogante), que es uno de los temas sobre los que gira la historia. En Mujercitas, los March son una familia de renombre venida a menos; su situación económica es mucho menos boyante de lo que fuera en el pasado (y prueba de ello es la amargada tía March, que constantemente lamenta que su sobrino, el padre de las protagonistas, haya perdido posición tras casarse y se dediquen a obras de caridad). Casi todas las hermanas están concienciadas de esa situación y les afecta a todas de diferentes maneras.

Amy, siendo la más pequeña, al principio no acaba de ser del todo consciente de la situación económica de su familia, y se comporta como tal. Es egoísta, caprichosa y hasta mezquina cuando no salen las cosas como ella quiere, como cuando su hermana Jo se niega a llevarla con ella y con Meg a ver una obra de teatro y lo paga de la forma más ruin posible. Es también la más bonita de las cuatro hermanas, según la novela, y por tanto la más vanidosa. Y en sus puntos débiles va precisamente a atacar la historia en determinados momentos, haciéndole progresar y crecer, como por ejemplo en el capítulo de El Valle de la Humillación de Amy, y poco a poco darse cuenta de la realidad de las cosas y de lo que son sus hermanas para ella.



Mucho más adelante, Amy madura todavía más, tras haber recibido otra cura de humildad tras su viaje por Europa y recibir la obligación de casarse bien como la señorita que es, y le pone los puntos sobre las íes a su amigo de la infancia, Laurie, de quien siempre ha estado enamorada (obviando cosas que suceden al final, de forma quizás demasiado conveniente en la narrativa y con las que no acabo de estar del todo de acuerdo). En la adaptación de 2019 esto se refleja muy bien; las escenas de Amy con Laurie en París son de mis preferidas de toda la película por cómo han sabido plasmar el contraste de cómo era la Amy de entonces con la Amy de ese momento, mucho más juiciosa y con los pies en la tierra.

Pero toda esta progresión de personaje no habría sido posible si, a pesar de todos sus muchos defectos, desde el principio no hubiera tenido un buen fondo. Amy tiene desde el primer momento muy claro que quiere dibujar (igual que su hermana Jo quiere escribir más que nada) y lucha por ello hasta el final, y ambas hermanas se sirven, con todo,de ejemplo para la otra, sin dejarse influenciar y arrastrar la una por la otra.

Jo, por otra parte, también tiene una progresión de personaje visible que va en paralelo a la de Amy porque, a pesar de ser tan distintas, en el fondo tienen muchas cosas en común. Jo es, como su hermana pequeña, muy orgullosa y cabezota, defectos que le pasan factura en varios momentos de la historia y que también le hacen, al fin, crecer como persona y valorar lo que tiene y ha tenido. Mucho se ha escrito sobre Jo en la historia y lo relevante e importante que es el personaje para muchas mujeres que conocen y leyeron o vieron alguna versión de Mujercitas en algún momento de sus vidas, y que continúa siendo relevante a día de hoy aunque la sociedad de entonces y de ahora haya cambiado de forma tan abismal. Habla de mujeres fuertes en ámbitos distintos y no por ello menos válidos. En ésta última adaptación, Jo tiene un monólogo muy emocionante que lo describe perfectamente.



En resumen, esta última versión cinematográfica de Mujercitas no arriesga demasiado salvo en el ya mencionado confuso hilo narrativo, y es bastante más fiel a la original de lo que se podría haber esperado, pero no por ello es malo, ya que la historia original, aunque es producto de su tiempo, tiene ideas y conceptos que prevalecen hoy en día y que la han hecho perdurar dos siglos después de haber sido concebida. Por mi parte me ha hecho tener ganas de revisionar las novelas, que me quedan ya lejos, y poder comentar mucho más a fondo porque,aún con todo el tiempo que ha pasado, hay mucho por desgranar, mucho que admirar y mucho que criticar a su vez. Pero eso será en otra ocasión.

Comentarios

  1. Hace mil años que leí Mujercitas y no sabía que tenía segunda parte skjhgkfdjg
    Por lo que he leído en la wikipedia *lo coge con pinzas* aquí en España se metió todo en un mismo tomo, tendría que comprobarlo porque mi novela de Mujercitas no acaba con ellas siendo adultas XD

    Yo siempre me identifiqué con Jo porque siempre fui una cabezota orgullosa e inconformista XD Además del "yo no soy como las demás, yo quiero llevar el pelo corto como los chicos" y demás movidas adaptadas a mi adolescencia (curiosamente también me identificaba con la Jorge (o George) de Los Cinco).

    Ahora también tengo ganas de leerme la novela porque hace mil que no la leo y bueno, pues nada XDDDD

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    Respuestas
    1. Acabo de mirar lo de Mujercitas y Aquellas Mujercitas en un sólo tomo en los catálogos de bibliotecas y parece que depende mucho de la edición o de quién lo publicara. En la mayor parte se siguen considerando novelas separadas y se catalogan como tal (mi copia de Mujercitas también concluye así, sin dar paso a Aquellas Mujercitas). Algunas ediciones incluyen las cuatro novelas de la saga (porque no es que haya segunda parte, es que hay tercera y cuarta tambien! xDD): Mujercitas, Aquellas Mujercitas, Hombrecitos y Los Muchachos de Jo.

      Lo guay de este libro es que presentaba tipos de mujeres muy diferentes con el que daba pie a identificarse con cualquiera según como fueras, eso y que se lee muy bien a pesar de todo el tiempo que ha pasado. Así que a leer sea dicho ;D

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